" En esto conocemos el Amor: en que Él dio su vida por nosotros; también nosotros debemos dar nuestras vidas por los hermanos. Pero si un rico en bienes de este mundo, ve a su hermano pasar necesidad y cierra su corazón ¿cómo es posible que more en él el Amor de Dios?, hijitos míos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino con obras y de verdad" (1 Jn 3, 16-18)
Nos unimos a esta 1° Jornada Mundial de los Pobres desde nuestro carisma específico de monjas contemplativas, haciéndonos eco de las palabras del Santo Padre Francisco que ha manifestado que "el fundamento de las diversas iniciativas concretas que se llevarán a cabo durante esta jornada, será siempre la oración".
Así, habiendo sido llamadas al seno de la Iglesia para entregar la vida por amor, en el seguimiento del Señor Jesús, renovamos el anhelo de vivir nuestra vocación especialmente por los más pequeños, entre los que se encuentran los que sufren a causa de la pobreza material, pero también, particularmente, los que son pobres por no haber descubierto aún el Amor de Dios en sus vidas, por no haber reconocido aún el Rostro de Jesús, el Único capaz de colmar el vacío de tantas vidas.
Que la Virgen María, Madre de los pobres, nos de un corazón sensible a tantos hermanos que necesitan de nuestra ayuda.
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