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JESÚS ¿QUÉ ME PEDÍS HOY?

30 septiembre 2017

Novena a Nuestra Señora del Rosario


Novena a Nuestra Señora del Rosario
Titular de nuestro monasterio
En estos días de preparación para celebrar a nuestra Madre del Rosario, fijemos nuestra mirada en las grandezas de María, tributémosle nuestras alabanzas a la Reina del Cielo y pidámosle que interceda benignamente por nosotros ante su Hijo.


Día 1
María, abogada nuestra.
“Luz por la que resplandece el misterio de Cristo intercesor. Él viene a colmar con su don la plena salvación del hombre, que por sí solo no puede alcanzar. Aceptar el don que se ofrece, el don de la fe y la esperanza en Cristo, es lo que llena verdaderamente el corazón humano.
Por ti, Virgen Madre, recibimos como Iglesia, la invitación a hacer lo que Jesús nos diga. Por tu humilde intercesión, el Padre acoge nuestras súplicas. A ti acudimos confiados cada vez que nos atrevemos a pedir con humildad los deseos de nuestro corazón. Tú eres nuestra Madre, tú nuestra abogada, tú nuestra esperanza confiada.”
María, resplandor del Misterio divino que nos guías a la luz. A ti suplicamos, conciliadora de nuestra salvación, tan poderosa como clemente.

Oración

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien empeñad una y otra en favor nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.
Día 2 
Reina de los ángeles y Madre de misericordia
La compasión de Dios por el hombre se comunicó al mundo precisamente mediante la maternidad de la Virgen María. Por medio de la voz de un ángel, María, asintió al designo salvador.
Tan humilde eres, Madre, que has prestado obediencia a una voz angelical. Ahora, los mismos ángeles te alaban como Reina y Señora del Universo.  
María es "Madre de la misericordia" porque es la madre de Jesús, en el que Dios reveló al mundo su "corazón" rebosante de amor.
Por ti, Reina y Madre de misericordia, alcanzamos la misericordia divina. Cuida de todos para que el corazón de Cristo sea amado y correspondido. Vela por cada corazón humano para que alcancemos el camino del bien y la verdad.
María, Reina de nuestras vidas, esplendor del rostro del Padre, llévanos Jesús.

Día 3
María, Madre del Verbo encarnado.
"El único nacimiento digno de Dios era el procedente de la Virgen; asimismo, la dignidad de la Virgen demandaba que quien naciere de Ella no fuere otro que el mismo Dios. Por esto el Hacedor del hombre, al hacerse Hombre, naciendo de la raza humana, tuvo que elegir, mejor dicho, que formar para sí, entre todas, una madre tal cual Él sabía que había de serle conveniente y agradable"
“Virgen de la dulce espera, de ti recibimos al autor de nuestra Salvación. De ti ha brotado el fruto de la Redención. Por ti ha llegado la Salvación a nuestras almas. Por tu amorosa docilidad al plan de Dios aprendemos el secreto de la alegría cristiana, el gozo de ser Hijos de Dios y portadores de la Buena noticia, la del Verbo hecho carne”.
María, ícono de la fe más genuina y sencilla, por quien la Palabra misma es engendrada. Dichosa eres Tú, que has llevado al Creador de todas las cosas.

Día 4
María Templo del Espíritu Santo
María, fuente sellada, manantial de delicias del paraíso." Verdadero jardín de delicias que reúne toda especie de flores y todos los perfumes de las virtudes; tan bien cerrado que ni la violencia ni la astucia pueden forzar su entrada; fuente sellada con el sello de toda la Trinidad”.
Dios, a quien el mundo no puede contener, y al cual nadie puede ver sin morir, entra en el seno de una Virgen, como en un albergue santo, sin ser prisionero de este cuerpo y, no obstante, en él está contenido entero y de él sale, estando cerradas las puertas.
Virgen orante, virgen fiel. ¿Quién podría igualarte? Madre llena de gracia.  Haz nacer a Jesús en nuestros corazones con tu amor maternal. Prepáranos por medio de la oración para que podamos acoger al autor de la vida, recibir la luz que nos viene de Dios y la misericordia que nos convierte en hijos suyos.

Día5
Fuente de dulzura
Tu dulce nombre, María, madre de bondad, nos conforte cada vez que te invocamos.
“Pero todo lo que pienses ofrecer no olvides encomendarlo a María, para que la gracia vuelva al dador de la gracia por el mismo cauce por donde fluyó. Dios sin duda alguna, pudo haber derramado esta gracia sin valerse de este acueducto; pero quiso ofrecerte este conducto.
A ti, llena de gracia, acudimos para contemplar la belleza de Jesús. En tu rostro de Madre encontramos la plenitud de la Presencia de Dios. Y en tu corazón, lleno de celo por nuestra salvación, una ternura entrañable.
Danos, Madre, la gracia de tener tus mismos sentimientos y los de Jesús.

Día 6
Refugio de los pecadores
Por tu intercesión, muchos pecadores encuentran el camino de la Salvación. En tu corazón acoges y conduces a las almas al encuentro con Dios.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. A ti rezamos con frecuencia María, haciéndote esta petición.  De ti la consigue aquel que reza con insistencia, porque Tú, Madre inmaculada, no tienes reparo en besar nuestras heridas  y abrazar nuestras miserias.
Busquemos la gracia y busquémosla por María, porque ella encuentra siempre lo que busca y jamás decepciona.
Ella es la escala de los pecadores, ella el gran motivo de nuestra confianza, ella el fundamento inconmovible de toda esperanza. ¿Puede, acaso, el Hijo rechazar o ser rechazado? ¿Será capaz de no atender ni ser atendido? En absoluto. Has hallado gracia delante de Dios, dice el ángel. Felizmente. Ella siempre hallará gracia; y lo que nosotros necesitamos para nuestra salvación, es gracia. Que nuestro único afán sea hallar gracia.

Día 7
Puerta de la vida celestial
Mujer coronada de estrellas. Convenía que la que había dado asilo en su seno al Verbo de Dios, fuera colocada en las divinas moradas de su Hijo.
Convenía, que habitaras donde habitan todos los que viven en la alegría, tú que eres la causa de nuestra alegría.
¡Cuánta gracia hallaste en Dios! En ti está y tú en El; a Él le vistes y eres vestida por El. Le vistes con la substancia de la carne y Él te viste con la gloria de la majestad suya. Vistes al sol de una nube y eres vestida tú misma de un sol.
Convenía que fueras colocada en el tabernáculo más precioso.
Por ti, madre y Reina, entramos en esta mansión eterna.

Día 8
Lirio de pureza
“Por eso quiso que fuese Virgen, para tener una Madre Purísima, él que es infinitamente puro y venía a limpiar las manchas de todos quiso que fuese humilde para tener una Madre tal, él que es manso y humilde de corazón, a fin de mostrarnos en sí mismo el necesario y saludable ejemplo de todas estas virtudes.”
Bendita sea tu pureza, Oh María, cuyo purísimo corazón llegó a unificarse completamente con el corazón de Jesús en el fuego de amor del Espíritu Santo, a ti consagramos nuestros corazones. Haz de ellos Tu posesión y pertenencia.

Día 9 
María, fiel junto a la Cruz:

Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo en el templo al Padre, y padeciendo con su Hijo mientras El moría en la Cruz, cooperó en forma del todo singular, por la obediencia, la fe, la esperanza y la encendida caridad, en la restauración de la vida sobrenatural de las almas. Por tal motivo es nuestra Madre en el orden de la gracia."A ti, Madre bendita, acudimos en el dolor. Tú que has sufrido con santa fortaleza la muerte de Jesús. Tú que has recogido cada gota de su sangre para cooperar en la obra de la salvación. Tú que has sido fiel hasta la muerte. Tú que has acogido plenamente en tu vida la voluntad del padre. Nos gozamos por tenerte como Madre.

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