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10 febrero 2017

Virginidad de María

VIRGINIDAD DE MARÍA
Antes de comenzar, hay que descartar toda duda sobre la virginidad perpetua de María. Está enseñado constantemente por el Magisterio y yo lo creo definido ( algunos impugnan esta cita pues el tema es trinitario) ya en el concilio I de Letrán en Octubre de 649 en el canon 3.2
El evangelio, en la anunciación es muy claro: hay una voluntad consciente y deliberada de "no conocer varón". Es claro que María considera, por voluntad de Dios, que debe permanecer virgen.
Es verdad que esto no es fácil de entender en Israel, y menos en estado de matrimonio. Santo Tomás dirá en el artículo 4 que, en Israel procrear era un deber santo y que María tenía un deseo de virginidad suspendido de la voluntad de Dios. Tomás piensa que ella no hizo voto de virginidad antes de casarse, pues aunque deseaba conservarla, se abandonó a la voluntad de Dios. Dice después, que luego de los desposorios (que equivalían al matrimonio) consagró con él su virginidad a Dios. No supone que fuese después de una revelación, sino inspiración del mismo Espíritu que los preparaba para el gran don. Lo que no hay duda, por la respuesta de María, que en el momento de la anunciación María estaba segura que Dios la quería virgen.
En la historia de la Iglesia la defensa de la virginidad de María se da en una disputa contra Helvidio, a quien San Ambrosio y San Jerónimo contestan fuertemente. Claro que aquí el debate va ligado a otro debate que es la comparación de los méritos de la virginidad y el matrimonio que estaban en el tapete en ese momento. María aparece como prototipo de ese movimiento de monjes que consagran su virginidad a Dios, por ello negar su virginidad era negar este género de vida.
Los Padres de la Iglesia han visto desde un principio, el signo por excelencia de la divinidad de Jesús. Para ellos el nacimiento virginal era el único que conviene a aquel que nace "espiritualmente" del Padre en la eternidad. Cuánto más espiritual sea el nacimiento según la carne, más se asemejará al nacimiento eterno. En la virginidad, los padres veían una "incorruptibilidad", una espiritualización de la carne. Está aquí atrás toda la institución monástica, que como dijimos, veía en la virginidad una vida deiforme, verdadero inicio de la divinización humana.
Es claro que no puede darse significado tan alto a la virginidad puramente física y  material. La virginidad, es ante todo, un estado del alma esencialmente    caracterizado por su liberación respecto a la esclavitud de la carne. ¿Pero...por qué no acepta ser fruto, Dios, de la generación propiamente humana? ¿Es un deshonor el ser engendrado así?
Santo Tomás se levantó contra los que sostenían que en el estado de inocencia no tuvo lugar para la procreación, la unión de las personas humana por los cuerpos. Es verdad, dice, que la sexualidad humana está gravemente perturbada en el estado presente. Pero lo impuro es que la carne se sustrae al espíritu. En el estado de inocencia, por el contrario, había un perfecto dominio del espíritu sobre la carne, la sumisión de la vida sensible a la espiritual. No se trataba ni mucho menos de una inhibición, ni siquiera de la extinción del ímpetu propio de los sentidos y del corazón, sino una perfecta integración. Por esto, para Santo Tomás, no hubiera sido laudable la continencia en el estado de inocencia, porque en el estado presente lo que la hace laudable es liberarnos de la libido desordenada. Este es el valor profundo, el que da Tomás, a la sexualidad humana
2 Ds. 503: "in ultimis saecolorum absque semine concepisse ex Spiritu Soneto, et incorruptibiliter éam genuisse, indissolubili permanent et post partum eiusdem virginitaie, ..condemnatus sit".     •;


María Ssma. tenía toda la pureza del estado de inocencia. Entonces, ¿podía haber vivido dentro del amor conyugal una perfecta pureza?
Aquí para no confundirnos hay que recordar que la maternidad divina incluye una alianza muy estrecha, una asociación total con la persona que se convierte en su hijo y que la preexiste.
El significado de la virginidad de María es el reservar todo su corazón, todo su amor y toda su persona a Aquel[que deviene su hijo. Cualquier otro amor, incluso el que sienta por San José, deberá proceder de aquel primer y esencial amor. La virginidad de María manifiesta su consagración al Verbo que en ella se encarna. Aquí, más que en la integridad de su carne y que en la perfecta y maravillosa liberación de su espíritu respecto a las exigencias tumultuosas del instinto , es donde reside la semejanza al Padre. Como El, es toda de su Hijo y está toda en su Hijo. Y así la generación del Verbo según la carne se asemeja a su generación eterna, no es tanto por la virginidad y por la espiritualidad que la acompaña, como por el único amor de que procede y por el vinculo que une a la madre y al Hijo. La virginidad de María sólo puede tener este significado si es perpetua, voluntaria y consagrada.
Finalmente, Santo Tomás se pregunta si fue virgen en el parto y después del parto.
A lo primero responde que si, y dice que cuando cualquier madre da a luz deja de ser
virgen; pero cuando nace en la carne el Verbo de Dios conserva la virginidad mostrándose
con esto Verbo de Dios. Ni nuestro verbo corrompe la mente al ser proferido; ni Dios,
Verbo sustancial, que ha resuelto nacer, destruye la virginidad.
En cuanto a la virginidad post-partum dice: que es así,de lo contrario...
Que esto ofende a Cristo, que por naturaleza divina es Hijo unigénito del Padre, y así
convenía que fuese hijo unigénito de la Madre.
Además ofende al Espíritu Santo, cuyo sagrario fue el seno virginal, y no era decente fuera
violado por la unión carnal.
Ofende además la dignidad de la Madre de Dios, que resultaría ingratísima si no se
contentara con tal Hijo y perdiese la virginidad que milagrosamente había conservado.
Ofende a San José, que por revelación conoció había concebido María del Espíritu Santo y
no habría entonces, ofendido al Señor y su Madre.

DESPOSORIOS DE MARÍA
Tomás muestra la conveniencia que Cristo naciera de una virgen y desposada. Esto es que estuviera ligada a San José por el vínculo que implicaban los esponsales hebreos. Según San Mateo el ángel manda a José que reciba a su esposa en su casa y el evangelista añade que José obedeció. La conducción de la esposa a casa del esposo daba a la unión conyugal su pleno valor jurídico. Tomás, dice, que el que naciera de una virgen desposada fue conveniente: Por Él, por su Madre, y por nosotros.
Por Él: Para que no fuese desechado por los infieles como ilegítimo. Para que, según el uso, pudiesen redactar las genealogías.
Para que fuese alimentado por San José, por eso es llamado su "padre" porque era su nutricio.
Por su Madre: Porque así quedaba exenta de la pena y no sería apedreada por adúltera. Porque, dice, San Ambrosio, que fue desposada para evitar la sospecha de la violación de su virginidad. Para que San José la sirviese.


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